Hoy quería hacer un post especial, dedicado a la resistencia. Me explico: no a la resistencia de a ver cuántas horas podemos aguantar tocando nuestro instrumento (un tema que también sería digno de post), sino a las barreras mentales que nuestro cerebro dispone y que nos impiden, en muchas ocasiones, sentarnos a estudiar o subir al escenario.
¿Qué es la resistencia?
La resistencia, o el cerebro reptiliano (como lo identifican algunos autores como Seth Godin), es un cerebro primitivo que controla nuestros comportamientos instintivos y además regula las actividades básicas que tienen que ver con la supervivencia. Por tanto, podemos decir que una de sus funciones principales es la de mantenernos a salvo y con vida.
La resistencia tiene una voz muy particular y va a ser muy fácil reconocerla. Siempre aparece en el momento exacto para decirte:
- Retrocede.
- No lo intentes.
- No lo hagas.
- Ve más despacio.
- No vayas por ahí.
- No estás tan preparado como tú te crees, así que mejor no lo intentes.
- Vas a fallar.
- Te van a criticar.
¿Has escuchado alguna vez a la resistencia diciéndote algo de esto? Yo sí. Y me pasaba sobretodo cuando estudiaba la carrera de piano. Incluso durante el estudio, que era dónde más atacaba. Me repetía que no podía, que no valía, que daba igual cuántas horas estudiara porque al final en la audición la iba a liar…
Estoy convencida de que alguna vez te ha pasado.
¿Por qué? Porque la resistencia está en todas partes y todo el tiempo. En cada acción que hacemos y en cada pensamiento que tenemos.
¿Pero qué es lo bueno de todo esto? Que nosotros podemos controlar nuestros pensamientos, que a la vez controlan nuestras emociones. Por eso, si somos capaces de controlar la manera en que nos dirigimos a nosotros mismos, o los pensamientos que se crean en nuestra mente, vamos a ser capaces también de dirigir nuestra emoción y nuestra acción.
¿Cuál es el objetivo de la resistencia?
Fácil: mantenernos seguros y a salvo. Vamos, dentro de nuestra zona de confort, para entendernos. Y es que, si fuera por la resistencia, no saldríamos de nuestra casa, de nuestro barrio o de nuestro entorno conocido y haríamos exactamente lo mismo una y otra vez. ¿Por qué? Pues porque esto le da seguridad y además manda información al cerebro de que estarás a salvo.
Todo esto tenía sentido miles de años atrás, cuando este cerebro reptiliano nos advertía de los peligros que podía tener salir de noche o a oscuras, pues algún animal un poco más grande que nosotros podría convertirnos en el plato principal de su dieta.
A día de hoy en el mundo del arte, tiene mucho que ver con subir a un escenario y actuar frente a un público, o presentar nuestro trabajo delante del profesor o los compañeros. Ahí es cuando la resistencia se activa y te dice que ni siquiera lo intentes, porque ahí es donde identifica peligro.
Piénsalo: ¿Subir a un escenario delante de un montón de gente que va a tener su mirada fija en nosotros, que luego quizá a emitir un juicio de valor sobre lo que hagamos? ¡Eso a la resistencia le parece la mayor de las locuras! Y siempre va a intentar que no tomes ese camino.
Por eso va a intentar sabotear todo lo que hagamos desde mucho antes de que tengamos que subir al escenario. Sí, aunque no te lo creas, todo su boicot se iniciará desde el momento en que sepas que vas a tener una audición, un concierto, una obra de teatro… desde ahí va a empezar a sabotearnos, por ejemplo, cuando estudiamos o intentando que no te acuerdes ni de la fecha ni de la hora.
Su fórmula mágica es siempre poner excusas y plantearte otro escenario mucho mejor en el que no tiene que esforzarse para nada. Como ya dije antes, está en todas partes y todo el tiempo, y lo más probable es que tengamos que luchar con ella toda nuestra vida porque cada vez que aparezca un reto nuevo que nos haga salir de lo conocido: va a aparecer.
Lo parte buena de todo esto es que hay muchas maneras de vencer a esta resistencia, ya que todos alguna vez hemos sentido sus efectos y su manera de retenernos dentro de la zona de confort (y muchísimos hemos luchado para salir de ella, seguro que tú también). Así que hoy les voy a enseñar 3 tips con los que pueden empezar a actuar desde ya para vencerla.
- Acepta la resistencia
Esto puede resultar muy evidente, pero es el más poderoso de todos. Y es que tenemos que aceptar la resistencia, que está en todas partes y todo el tiempo. Puede aparecer en cualquier momento de nuestra vida, y no hace falta que tengamos una súper tarea entre manos. Simplemente aparecerá en cualquier momento en que ella sienta que podemos ponernos en peligro (ya sea real o imaginario: porque vamos a salir solos a la calle, porque vamos a intentar una nueva clase en el gimnasio o porque empezamos una nueva obra que supone un reto musicalmente o técnicamente para nosotros).
Pero ya sabemos la manera en que aparece, ¿no? A través de pensamientos negativos o limitantes: que no tenemos buena técnica, que no estamos suficientemente preparados, necesitamos más horas de estudio, lo mejor sería abandonar…
Identificar estos pensamientos nos va a ayudar muchísimo. En el momento en que aparezcan tenemos que cambiarlos por uno positivo (y a ser posible realista) y reconocer que lo que habla es el miedo e ignorarlo.
- Pon una fecha y cíñete a ella
Si le ponemos tiempos a nuestro cerebro va a trabajar para conseguirlos, a pesar de la voz de la resistencia, porque vamos a adoptar un compromiso con nosotros mismos en que tenemos que entregar o actuar el día X, pase lo que pase: llueva, truene, nieve o caigan chuzos de punta.
- Replantea tu objetivo
Un objetivo inalcanzable es lo que más le gusta a la resistencia porque por un objetivo inalcanzable no se tiene que preocupar. Ya sabe que, directamente, no lo vas a conseguir y no tiene nada que temer porque no vas a salir de tu zona de confort y te va a mantener con vida.
La resistencia nunca te va a molestar cuando te propongas algo que no vas a cumplir. Sin embargo, cuango algo sea importante para ti y empieces a poner fechas para trabajar y definirlo, quizá empieces a sentir ese miedo externo a las críticas, a que te juzguen o a que salga mal. Es ahí cuando tienes que hacer el cambio.
Como saben, esto va de coaching y el coaching son preguntas. Así que aquí les lanzo unas cuantas preguntas poderosas para replantear el objetivo:
- ¿Por quién hago esto? ¿Es por mí o por alguien más?
- ¿Para qué lo hago? ¿Cuál es mi motivación?
- ¿Es este objetivo un objetivo final o un objetivo intermedio que me acerca a lo que quiero conseguir?
- ¿Qué es lo que hace este objetivo sea importante para mí?
Recuerda que un objetivo que no nos motive desde dentro nos va a costar el doble de conseguir.
Estoy segura de que alguna vez has tenido que hacer algo por imposición ajena que no te apetecía en absoluto y se hizo el triple de pesado y difícil.
Y de la misma manera, seguro que alguna vez habrás tenido esta sensación de tener un nuevo proyecto, tener muchísimas ganas, madrugar un montón, trabajar en ello con ilusión… porque de verdad te gustaba y te motivaba ese reto.
Sea lo que sea, recuérdate porqué empezaste, piensa en qué es lo que te motiva y cuál es tu meta a conseguir. La resistencia aparecerá, pero podrás callar “la ilusión del lagarto” con hechos que vienen de la realidad (sí que puedes, tienes el nivel, cuentas con los recursos necesarios, puedes hacer cosas para mejorar y conseguir el objetivo, tus profesores/amigos/padres confían en ti y tú también, etc.). Así anulamos los pensamientos negativos y las creencias limitantes.
¡No podemos dejar que la resistencia nos limite!
BONUS TRACK
La resistencia no es exclusiva de los músicos. Todas las personas en todo el mundo la sienten: empresarios de éxito, deportistas de alto nivel… y hasta los más experimentados militares.
Aquí te dejo los 4 pasos que los Navy SEAL (la fuerza de operaciones especiales de la Armada de los Estados Unidos) emplean para mejorar la fuerza mental:
- Céntrate en ti mismo y evita compararte con los demás.
- Averigua el objetivo que tienes en la vida.
- Elige tu camino y no te dejes llevar por lo que otros piensan.
- Apoya tu propósito con un estilo de vida saludable y ayuda a los demás.
