Seguro que eres una persona que sabe lo que quiere. Que si te pones a pensar, tienes tu meta más que clara. Es más, si lo imaginas, realmente puedes verte alcanzándola. Pero… también eres humano y te distraes, procrastinas, te cansas y, a veces, hasta se te olvida cuál era el objetivo.
Si este es tu caso, o te sientes identificado/a en algún punto, déjame decirte una cosa antes de continuar:
¡ES NORMAL!
Por supuesto, es normal que en ocasiones nos sintamos cansados, sin ganas de trabajar, de estudiar, de terminar el TFG… Así sucede que, en medio de toda esta vorágine que llamamos vida, perdemos de vista nuestro objetivo en algún momento.
Por eso, quiero compartir contigo TRES PREGUNTAS PODEROSAS que harán que recuperes el foco y te mantengas en el camino.
Las 3 preguntas fundamentales
- ¿POR QUÉ?: ¿Por qué hago esto? ¿Por qué me estoy machacando? ¿Por qué no me hablo bien y no me doy ánimos? ¿Por qué no me reconozco los méritos? ¡Hay muchos porqués!
- ¿QUÉ?: ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué pasos tengo que seguir? ¿Qué me puede servir? ¿Qué necesito? ¿Qué puedo hacer diferente para salir de esta situación? ¿Qué me está impidiendo avanzar? ¡Encuentra tu “qué”!
- ¿QUIÉN?: ¿Quién o quiénes me pueden ayudar? ¿A quién me puedo dirigir? ¿Con quién puedo hablar sobre esto? ¿Quién me está dificultando el camino? ¿Con quién no quiero hablar? El entorno con el que nos relacionamos es muy importante para nuestro día a día.
La pregunta que NO debes hacerte
Estas tres preguntas te ayudarán a orientarte. Pero hay una que no.
¿Cuál es?
¡El CÓMO! Eso es justo lo único que NO tienes que preguntarte.
¡Y la razón es muy simple! Seguro que ya hay alguien que sabe cómo. Es decir, existe una persona (o dos, o tres…) que ya ha pasado por esa situación, que se ha visto en tus zapatos, que ha superado lo que tú estás atravesando ahora mismo. Sé consciente de que ya hay alguien que ha atravesado ese camino, así que solo te queda hacer una cosa: ¡preguntarle!
Entonces, ¿te ha venido a la cabeza quién te puede ayudar? Ya no tienes que preocuparte de cómo se hace o romperte la cabeza para tratar de averiguar… ¡no! Eso ya está resuelto. Es información que está a tu disposición en múltiples formatos: libros, audios, podcast, ¡personas de tu entorno!
Como ves, eso está muy claro. Por lo que se puede decir que es la única pregunta que no necesitamos hacernos. En realidad lo difícil, lo verdaderamente difícil, y que además te hará avanzar y mantenerte con el foco bien puesto en su sitio es preguntarte lo siguiente:
¿POR QUÉ?, ¿QUÉ? y ¿QUIÉN?
Y, por último, una recomendación. Si quieres aprovechar al máximo estas tres preguntas, coge papel y boli y ponlas por escrito. ¡Tanto las preguntas como las respuestas! De esta manera podrás analizarlas luego y llegar a grandes conclusiones que te harán recuperar el foco y hacer que ilumine todo el camino.
Por si acaso quieres saber más sobre cómo poner foco, puedes acceder al episodio 35 del Podcast “Música y Coaching pinchando aquí.
¡Ánimo!
Laura.
